¿Tiene mi hijo condiciones para ser un crack del fútbol?

Como papás, sabemos lo importante que es que nuestros hijos sean lo que quieran ser. Sin embargo, muchos tenemos la ilusión de que nuestro hijo sea un futbolista profesional. Si presientes que tu hijo puede ser el futuro crack del fútbol, observa si muestra las siguientes señales.



Dominadas de pelota


Las dominadas de balón están entre los aspectos más atractivos del fútbol. La naturalidad con que muchos cracks famosos del fútbol hacían "dominaditas" desde pequeños, fue una primera alerta sobre sus condiciones para lo que luego serían meteóricas carreras en el balompié.

Si ves que tu hijo mantiene la pelota dominada por buen tiempo y además alterna entre pie, rodilla cabeza, etc. con naturalidad, estás viendo un posible mini crack del fútbol.

Uno solo con el balón


Otra de las cualidades que caracterizan a un niño futbolista es que provocan la ilusión de que él y la pelota de fútbol son uno solo. Esto se debe no solo a la alta capacidad de proyección que tiene estos niños de hacia dónde va el balón, sino que en simultáneo pueden anticipar la fuerza necesaria y el mejor lugar para "tocarlo", protegiéndolo con el pie.

El resultado es una figura continua que fluye a lo largo de la cancha, un verdadero espectáculo para la orgullosa tribuna.

Resistencia


En el fútbol profesional la resistencia es clave. Son casi dos horas de ejercicio en los cuales se debe además mantener la concentración en todo momento. Es natural que los niños no soporten este ritmo, pero de todas maneras existen aquellos que destacan entre los otros niños por su mejor condicionamiento física y mental, se les ve menos cansados y siempre motivados.

Resiliencia


El entrenamiento en fútbol supone una gran capacidad para reponerse ante caídas y frustraciones. Son comunes los dolores, el agotamiento físico y anímico. Pero hay niños futbolistas que tienen una gran capacidad para reponerse y que ven en cada caída un reto a superar.

Pero la resiliencia no solo es una condición deseable, sino que también termina siendo consecuencia del entrenamiento, no solo en fútbol sino en cualquier otra disciplina; de ahí la gran importancia de que los niños practiquen deportes.





Efectividad con pelota parada y en movimiento


No importa si es frente a un tiro libre o un centro de balón justo en la "zona de infarto", un niño con habilidades para el fútbol no tendrá problemas en manejar la pelota de acuerdo con lo que en ese momento se espera.

Para lanzar ese tiro libre, requerirá de un excelente dominio de los lanzamiento con parábola o curva, mientras que para dominar un balón en el aire deberá tener, más que técnica, instinto, rapidez y mucha seguridad.

Personalidad estratégica


Hay niños que desde muy pequeños ya muestran una predisposición hacia el liderazgo y la solución de problemas de manera innovadora. Si a esto se suma una alta capacidad para organizarse y gran autonomía, estas condiciones permitirán que tu hijo se integre a una estrategia de juego con facilidad.

Estilo propio


El estilo es algo que no nace de la noche a la mañana en los niños. Es un proceso de descubrimiento que se irá reforzando con el paso del tiempo. Es necesario por eso dejar que el niño improvise el juego, que ensaye nuevas jugadas, toques y estrategias. De esta manera encontrará él mismo su estilo propio y esto a su vez le dará mayor aplomo y seguridad en la cancha.

No te habla de otra cosa


Es una señal inconfundible, si no de la habilidad, de la pasión que tu hijo tiene por el fútbol. Si te habla de los puntos que le faltan a  un equipo para pelear el campeonato local anual, si critica el juego de determinado equipo o si te pide ir al estadio, salir a jugar al parque o hasta ir a ver entrenar a su equipo favorito, eso es pasión y debe ser fomentada.

Eso sí: al final, la decisión es suya


Muchos mini cracks en potencia han marcado época en los semilleros de muchos clubes, pero no han aparecido en el mundo del fútbol profesional internacional. No porque hayan resultados ser malos, sino porque simplemente no quisieron hacer del fútbol el centro de sus vidas. Siguieron jugando y destacando entre amigos, pero eligieron trabajar en otra cosa.

Por eso, la clave en la formación de un minicrack es dejar que la decisión de seguir en ese camino sea suya. No hay peor cosa que podamos hacer los padres de familia que insistir a nuestro hijo para que siga en el fútbol. Por más potencial que le veas, por más pasión que le sientas, si luego decide avanzar por caminos que le son más atractivos, es su decisión y debes respetarla. Al final, si hace lo que más le gusta, no solo será bueno en eso, sino feliz.


Comentarios