¿Las profesoras estrictas en primaria son recomendables?

Durante los últimos tres años las profesoras que tuvo el hijo de Andrea habían sido un pan de Dios, cada una a su estilo y de acuerdo a su manera de llevar las clases. Eran el centro de cada conversación con su pequeño. Sentía que su hijo tenía mucha suerte. Pero llegó segundo de primaria y todo cambió.


¡Renuncio al colegio, mamá!

Andrea se quedó helada al oírle decir algo tan definitivo a su hijo, pero vio en sus ojos que iba en serio. Se sentó con él a conversar y descubrió lo que sucedía a su hijo: le tocó aquella profesora estricta de la que hablaban todas las mamás con hijos mayores en el colegio.

Según le narró su decepcionado pequeño a Andrea, la miss es tan dura que nadie se atrevía a levantar la mano para ir al baño. "Cuando mi amigo levantó la mano y pidió ir al baño, la miss le dijo que no interrumpiera la ronda; ¡es injusto, mamá!".

Entonces Andrea decidió observar como evolucionaba la situación durante los siguientes días. De manera casual, fue enterándose de nuevas cosas. Esto resultó muy útil pues poco a poco su hijo fue soltando más anécdotas.

Una noche, cuando ya su hijo dormía, Andrea lo conversó con su pareja. ¿Ahora qué hacemos?

Decepción escolar

Esta situación la pasan miles de familias, en especial al iniciarse el año escolar. Todas las expectativas, todos los esfuerzos por lograr que el reinicio de las clases después de un largo descanso sean lo más agradable posible, parecen desmoronarse.

Se suceden sentimientos de incredulidad, trisiteza, angustia y hasta indignación. Pero frente a lo real que parezca lo que tu hijo te cuenta, lo más prudente es ir paso a paso para averiguar lo que realmente está pasando.

¿Cuando podemos decir que una maestra es estricta?

No importa tanto definir a una maestra de colegio estricta, más lo es conocer por qué genera sentimientos de rechazo en los niños. Andrea hizo bien en conversar con su hijo sobre el tema para saber el motivo de su frustración.

Algunas de las cosas de las que se quejan más los chicos es que no les dejan ir al baño, no se les deja conversar libremeente cuando están fuera de clase, se prioriza la forma (orden escrupuloso, tiempos exactos para hacer tareas, comer, recoger los juguetes) sobre el fondo (aprendizaje en un ambiente motivador, no punitivo); hasta los gestos forzados, la mirada dura, el tono de voz cortante, todo esto modela el perfil de una profesora de cuidado y marca las ganas de un niño por ir a su colegio.

¿Son adecuadas para enseñar en los primeros años de primaria?

Hay una débil separación entre los cuatro primeros años de primaria y el resto del colegio. Muchos de nosotros hemos experimentado este cambio en la atmósfera de estudio cuando pasamos de ver rostros sonrientes y empatía en las maestras, bailes, juegos y comprensión, a una rutina de tareas mecánicas, lejanía y jerarquización. Felizmente no ocurren en todos los casos, pero demuestra los criterios que priman aun en muchos colegios y sistemas educativos sobre el perfil ideal de una maestra para niños que pasan de los diez años.

Sin embargo, muchos niños más pequeños se estrellan con esta realidad muchos años antes; el choque es fuerte y doloroso por no estar emocionalmente preparados.

Frente a esta realidad, la reacción de los padres de familia dependerá de su propio estilo en la crianza de sus hijos y de qué tanto se acerque a la noción de la maestra sobre la formación de su pequeño. Cuanto más se alejen o acerquen en temas como la tolerancia, la comprensión, la guía, la vocación y la idea de lo que es un niño educado, mayor o menor será el rechazo mutuo.

Criterios de los colegios para asignar salones a sus profesoras

Las profesoras rara vez enseñan en el mismo salón y nivel. Por distintas razones, se alternan en base a su experiencia, formación profesional. Pero no es fácil adivinar por qué una profesora de corte y carácter básicamente disciplinario es colocada para enseñar a niños cuya razón de ser y manera d aprender sigue siendo el juego. ¡Estas profesoras en Finlandia definitivamente no tendrían trabajo!

Suceden casos en los que, debido a movimientos en el equipo de profesores ( renuncias, despidos, enfermedad, reducción de cursos, etc.) los colegios deben completar los vacíos muchas veces en vísperas del inicio de clases, tomando decisiones apresuradas y equivocadas. En este caso, toca a los padres de familia hacer ver el error y esperar que el colegio tome las medias correctivas necesarias.

Otras veces las razones son más tristes de exponer y van desde amistad de la profesora con la directiva hasta el hecho de que esta resulta también mamá de algunos alumnos del colegio en el que enseña, y el colegio no quiere arriesgarse a perderlos.





En otros colegios simplemente no hay ninguna normativa sobre el tema, mientras que en otros es todo lo contrario: los niños deben ser disciplinados desde muy pequeños y es la profesora y no el niño la artífice suprema e inapelable de su educación.

Descubrir las razones y los criterio reales por los que a tu hijo le tocó una maestra "dura" te ayudará a saber desde qué enfoque (y con cuánta esperanza) dialogar sobre esto con el colegio.

Solicita información

Los padres de familia son una buena fuente de información cuando se trata de estos casos. En especial aquellos cuyos hijos ya pasaron por el nivel del tuyo o a los que les enseñó la misma maestra. Conversa con ellos sobre lo que opinan de la profesora, su experiencia con ella, que cosas saben que haya ocurrido que reflejen la personalidad y la actitud de la maestra.

Entrevista con la psicóloga del nivel

Muchas veces se recomienda hablar primero con la maestra antes cualquier duda o preocupación de los padres. Pero otra opción válida es hablar con la psicóloga encargada del nivel en que está tu hijo. Esta entrevista te servirá principalmente para exponer el caso, pero también para solicitar consejo sobre si es necesario o no conversar esto con la profesora, y si es así, como acercarse a ella  para planteárselo, teniendo en cuenta su carácter y para evitar efectos o predisposición negativos de la maestra hacia el niño.

Esto último es una de las principales razones por las que muchos padres al final deciden no enfrentar el problema y dejan sin resolver el asunto. A veces, por miedo a perjudicar a su hijo o a la perspectiva de que en un caso extremo se tenga que decidir cambiar a su hijo de colegio, optan por ignorar el tema, empeorando muchas veces la situación.

Conversación con la profesora

Llegado el momento, puede que sea inevitable. pero puede ser muy revelador. Es más, puede ser la propia la maestra quien tome la iniciativa y te quiera exponer cual es su estilo de enseñanza, como resuelve situaciones de desorden, inconducta o emergencia. La idea es conversar con ella teniendo como motivo saber como ve la adaptación de tu hijo a su salón. 

La conversación tendrá por principal objetivo descubrir las maneras, forma de pensar, experiencia y valores de la maestra.

Conversa sobre los niños en general, como pasó tu hijo las vacaciones, las expectativas en un nuevo año de estudios. Pero también escucha lo que la profesora tiene que decir y siente cómo lo dice.

A continuación, háblale sobre tu hijo, acércalo a él contándole cómo es, háblale de sus ocurrencias, sus fortalezas y debilidades. En fin, tiende puentes por los que la profesora se anime a expresar su punto de vista.

Este encuentro servirá para derrumbar mucho mitos, pero también para confirmar otros. Conociendo mejor a la maestra sabrás como orientar a tu hijo en el trato con ella.

Sin embargo, si ves que el problema persiste, entonces acude a instancias mayores y agota todos los recursos posibles antes de tomar cualquier decisión importante; la salud emocional de tu hijo es primero.

¿Y cómo le fue al hijo de Andrea?

Sucede que ambas, madre y maestra, se encontraron y conversaron. Algunas de las cosas que contó su hijo eran ciertas, otras habían sido un poco sobredimensionadas y otras pocas nunca sucedieron o fueron una confusión.

Afortunadamente, Andrea supo llevar la conversación de manera que la profesora pudo conocer más a su hijo y reflexionar un poco de manera privada sobre cómo había terminado relacionándose con sus alumnos tras varios años de trabajo. Andrea también lo hizo sobre la necesidad de reforzar la autonomía de su pequeño.

La profesora no dejo de tener la voz fuerte, pero decidió empezar de nuevo y su relación con los niños mejoró mucho. desde entonces, Andrea y su hijo se despiertan felices para llegar temprano al colegio.


Imagen: Jodl C en Flickr.

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