Natalia López López: cuando los niños dan lecciones de grandeza (Video)

Tan solo una niña de sexto de primaria y ya demostró la madurez cívica de la que muchos adultos carecen. Natalia López López es una pequeña representante Anahuac, comunidad indígena mexicana, que fue invitada a participar en una premiación de fotografía en ese país. Su discurso fue una cátedra de concientización cívica, tolerancia y progreso. Una pequeña gran visionaria.


Hace exactamente un año, Natalia conmocionó a un auditorio lleno de gente en la sede de Nuevo León de la Comisión Estatal Electoral (CEE). Su aparición se dió apenas realizadas las elecciones presidenciales en ese país, por lo que su mensaje fue escuchado fuerte y claro.

La lucidez de Natalia cautivó a todos desde sus primeras palabras. Con una dicción admirable, coherencia, estructura, argumentos y pasión, habló de una sociedad viable, en donde debía prevalecer la tolerancia, la integración plena de todos los grupos sociales, el respeto y la igualdad de oportunidades para que una comunidad humana, ademas de próspera, sea civilizada.

Bastó con su sexto de primaria para que esta niña se convirtiera en el faro capaz de guiar a toda una sociedad, con un lenguaje directo, lógico y de una gran sabiduría.





Sus padres pueden estar muy orgullosos de ella, del gran ejemplo que ha dado a los mayores sobre cuáles son las cosas que realmente importan, y que las que nosotros consideramos como prioritarias terminan siendo banales frente a la gran tarea que es construir una sociedad justa y en paz, compromiso de todos.

Vaya nuestro homenaje a Natalia López, con la esperanza de que los políticos por lo menos se enteren y bajen la cabeza frente a seres humanos tan maravillosos como esta niña de 11 años, que sí entiende que llevar la rienda de un país consiste en velar por el bienestar común, que hay que servir y no servirse, que hay que integrar y no dividir para vencer.

Natalia, nosotros sí te hemos escuchado, cientos de miles. En tu país y en muchos otros nos hemos maravillado de tu precoz sabiduría, expresada en palabras que sonaban huecas en los políticos - si alguna vez las dijeron - pero que son música en tu voz.

Queremos que te conozcan nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, pues para ellos también va tu mensaje. Que te escuchen y vean en casa y en el colegio, que te sigan y te imiten. Así habrá más Natalias y Natalios que ayudarán al nacimiento de una nueva sociedad.

Porque tu nombre, Natalia, es más que Nueva Vida; es también Esperanza:



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