Yo puedo solito: cómo enseñarle a valerse por sí mismo

Son las seis de la mañana y el día empieza con prisas. Nos falta tiempo para alistarnos y para vestir, alimentar y asear a nuestros hijos; menos aún para permitir que lo hagan ellos solos. Pero dejar que esto siga así puede causar un  retroceso en su desarrollo personal.



¿Qué hacemos entonces?

Lo primero que debemos hacer es elegir quince minutos del día. Durante este tiempo avanzaremos poco a poco, día a día, en enseñarle las habilidades y establecer las rutinas que le permitirán mayor independencia y le muestren lo capaz que es de hacer las cosas por su cuenta.

Lo segundo es adoptar una premisa: déjalo que se equivoque; así aprenderá aún mejor. Tampoco hagas un escándalo cuando no entienda como hacerlo y aplaude cada pequeño logro que sume.


Aterrizando el avioncito

Es más cómodo evitar que se ensucie dándole de comer. Pero perder el miedo y dejarlo que esparza la comida por la mesa puede ser mucho más favorable.

Los pediatras indican que a partir de los ocho meses es una buena edad para dejarlo manipular la comida con las manos o con cucharitas. Al mismo tiempo que estimula el desarrollo de su psicomotricidad fina, también le ayudará a conocer y diferenciar los alimentos por su textura granulada, cremosa o líquida.

El bebé se hace más consciente de lo que come, por lo que la introducción progresiva de nuevas comidas en su dieta no será problema. También se adaptará con facilidad al uso de cubiertos más grandes.


Con agua y con jabón... como Pimpón!

Si perdimos el miedo a que se ensucie con la comida, podemos perderlo también a que se moje. A partir de los tres años, los niños ya pueden realizar el proceso de lavarse las manos en el baño.





Arremangarse, subirse en el banquito y abrir el grifo de agua resulta toda una aventura a esta edad. Y ni qué decir de hacer burbujas de jabón con las manos! Pero para eso, debemos instruirlo en cada acción para que a la hora de hacerlo sólo se sienta más seguro y lo disfrute de verdad.

Así como nosotros aceptamos que se moje, hagámoslo sentir a él también que eso es lo normal; que no se angustie por esas mangas húmedas. La solución es cambiarse la ropa...


Sácate y ponte

Y es que vestirse sólo es un tema menos sencillo. Puedes empezar a enseñarle cuando llegue del jardín y deba cambiar el uniforme por su ropa de calle. Luego, esos quince minutos del día réstalos de tu alarma matutina, para que también aprenda a ponerse el uniforme. Es preferible elegir la muda de ropa que usará, en la noche anterior.

Cremalleras botones y pasadores; en ese orden. Muéstrale como te pones tú la sudadera haciendo el cruce de brazos, como jalarse el pantalón para que suba, etc. No hagas todas las prendas de ropa en una sola lección; mejor una cada día. Si sus zapatos tiene cuerdas o pasadores, puede dominarlos al final.


Cada uno de estos avances producirán en tu hijo cambios que se notarán de inmediato. Lo harán más sociable y seguro de sí mismo y tendrá mayor facilidad para aprender nuevas habilidades y conocimientos.

Niño que se vale por sí mismo, se valora a sí mismo.


Imagen: What to Expect.


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