La timidez y el estrés infantil, causa principal de los tics nerviosos

Los tics son esos movimientos repentinos, compulsivos y continuos que se pueden desarrollar por diversas razones. En los niños, las causas van desde bioquímicas y nerviosas hasta psicológicas, y pueden llegar a perjudicar seriamente su socialización y rendimiento escolar.



Tipos de tics nerviosos infantiles

A pesar de ser los más conocidos, es importante saber que los tics nerviosos no son sólo gestuales sino también sonoros.

Entre los tics nerviosos de movimiento más conocidos están el agitar la cabeza hacia los lados o de adelante hacia atrás, guiños y parpadeos, movimiento de brazos y piernas o el encogimiento de hombros.

Entre los tics sonoros más simples están el inspirar, gruñir, tartamudear o resoplar, mientras que entre los más complejos tenemos la alilalia (hablar repitiendo palabras), ecolalia (repetir lo que dicen otros) o hasta la coprolalia (insultos), muchas relacionados con el Síndrome de Tourette.


Causas biológicas

La dopamina es una hormona que ayuda a la correcta transmisión de los impulsos nerviosos. La falta de este neurotransmisor en los niños generan trastornos de movimiento que se expresa en tics nerviosos y hasta en enfermedades tan penosas como el Parkinson. Las causas de su carencia o disminución son muchas y están profundamente ligadas con factores psicológicos.





Otra causa estaría alojada en los ganglios cerebrales. Los ganglios son grupos de células nerviosas que regulan muchas funciones del cuerpo, entre ellas los movimientos voluntarios. Los científicos tiene  la teoría de que una disfunción en estos ganglios, llamados basales, podría alterar seriamente estas funciones. Se generan impulsos nerviosos desordenados que también termina en tics nerviosos.


Causas psicológicas

Sin embargo, las principales causas de los tics infantiles son las psicológicas. Un niño o niña que se muestra tímido o cohibido tiene grandes probabilidades de desarrollar tics nerviosos.

Vivir o ser testigo de situaciones tensas en la familia como discusiones o traumas generan estrés en el niño; más aún cuando por su personalidad retraída se le dificulta expresar su molestia. El tic se presenta entonces como una reacción normal frente a esta experiencia, que además se repetirá cuantas veces el niño se vuelva a sentir angustiado, irritado o cansado.

El estrés también tiene otra manera de provocar el tic en los niños, pues se ha comprobado que estar expuesto a este sufrimiento inhibe en el cuerpo la producción de la dopamina, lo que confirma a su vez la influencia del factor psicólogico en la salud.


Recomendaciones

Para prevenir o mitigar la aparición de los tics nerviosos en tu hijo, te será de mucha ayuda seguir estas recomendaciones:
  • Evita discusiones frente a él. Cuida que su entorno este libre de tensiones y exceso de estímulos (correrías, gritos, ruido de la calle, etc).
  • No lo presiones ni exijas para que rinda al máximo en la escuela.
  • Si el tic nervioso dura menos de 12 meses, evita hacerle ver que tiene un problema y se irá tan silenciosamente como llegó.
  • Si aumentan de intensidad, viene con tos persitente o dura más de 12 meses, es hora de acudir al pediatra.
  • También debes llevarlo a consulta cuando su gravedad influye en su rendimiento escolar y socialización.


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