Personalidad del Niño de 5 años

El niño de 5 años mejora en habilidad manipulativa y desarrollo digital.
Es capaz de meter bolitas en un frasco, manejar mejor el cepillo de dientes y se peina con mayor soltura que el de cuatro. También manifiesta esta habilidad cuando se ofrece para ayudar a lavar los platos. Domina el triciclo y el monopatín o patineta.

En el aspecto intelectual avanza, cómodamente sentado sobre el pensamiento mágico, los juicios por asociación subjetiva y el egocentrismo. La destreza manual le ayuda a acercarse a una percepción más realista y concreta.

Sus ansias de saber le llevan a estar averiguándolo todo; pero sus preguntas son más serias e interesadas por conocer, que las del niño de cuatro años. Puede seguir con suma atención el argumento de un cuento y recordarlo. Ve y escucha detalles.

La memoria se desarrolla súbitamente al tiempo que decrece la imaginación. Puede contar diez objetos y realizar sumas simples. Es perseverante; le gusta terminar los juegos que ha empezado. Su expresión se caracteriza por un uso más preciso y depurado del lenguaje. A veces, cuando se encuentra en aprietos, se las arregla para salir del trance con una mentira.





El niño de cinco logra un mayor dominio de su vida emocional. Es capaz de adaptarse a la reacción que los adultos manifiestan por la intromisión del niño. Una especie de amor propio le hace sentir vergüenza, pero al mismo tiempo le gusta destacar y ser algo en el grupo. 


Sin embargo, no conoce emociones complejas, presenta una tendencia a la amistad y acepta el papel de mayor y protector de sus hermanos. Le gusta también hacer el papel de adulto y ayudar a mamá en sus tareas.

Lo que destaca en el aspecto motivacional del niño de cinco años es su vivo interés por saber y por realizar juegos consecutivos en colaboración. Al finalizar los cinco años, el niño está preparado para enfrentarse con las tareas propias de la Educación Primaria: todo un nuevo universo por explorar.

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