Síntomas más comunes de labilidad emocional en los hijos

La labilidad emocional es un trastorno afectivo en niños insensibles al sufrimiento ajeno y que rechazan toda muestra de afecto o ternura hacia los demás. Suele presentarse durante la pubertad y la adolescencia y su manejo requiere de mucha paciencia por parte de los padres, así como de una guía psicológica apropiada.


Es usual confundir este tipo de inestabilidad emocional con depresión o trastornos graves de la conducta y la socialización, por lo que es necesario establecer bien de qué se trata.

Entre las diferentes manifestaciones de este desorden emocional podemos destacar las siguientes:

Risas exageradas


Los niños con este problema de expresión de afecto suelen reírse de manera estruendosa o exagerada sin razón. A veces puede desatarse cuando cuentan alguna anécdota de la escuela o el desenlace de un cuento que estaban leyendo. Los padres suelen desconcertarse frente a esta actitud, sin saber si seguirle la corriente a tanta "alegría" o pedirle que se calme.

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Sarcasmo y escarnio


Una de las víctimas puede ser el hermanito menor. Cualquier cosa que diga frente a su hermano o hermana mayor será objeto de burla, que incluso puede ser irreflexiva y hasta cruel, sin que se muestre ninguna señal de arrepentimiento posterior. Reforzar la autoestima del insultado es imprescindible.






Agresividad física


Cabes, cachetaditas, levantadas de mano para callar a  alguien, portazos, gritos y llantos de rabia frente a una llamada de atención. Se da en diferentes niveles de agresión, pero son constantes y se terminan convirtiendo en la única forma en que lograr establecer comunicación con otros.

Desprecio, rabia, altanería


Frente a las indicaciones y recomendaciones de los padres, el niño con labilidad emocional nunca hará caso a sus padres. Siempre buscará de qué manera evitar hacer lo que se le pide. Seguirá hablando de cualquier otra cosa, irá de un lado a otro de la casa, etc.  Puede pasar más de media hora sin ir a bañarse cuando se le dice que ya es tarde, por ejemplo. Y cuando papá o mamá le llamen la atención lanzará una mirada furibunda de infinito desprecio antes de finalmente hacerlo.

Falta de expresividad del afecto


Rehúye todo lo que sea muestras de cariño, como abrazos, besos, frases de aliento. No reconocerá, menos resaltará logros ajenos. Evitará saludos al llegar a otras casas. Puede que reserve sus emociones para la ficción (películas, novelas) pero nunca las mostrará frente a situaciones reales. Por ejemplo, frente al fallecimiento de su mascota, llegará a extremos de hacer comentarios irónicos o burlones, tanto del animal como de quienes se entristezcan por su muerte.


La labilidad emocional es ofensa y maltrato


Suelen detectar aquello que más afecta emocional o psicológicamente a otra persona para hacerlo más seguido. Frente a una pregunta o una conversación, sueltan comentarios socarrones en la mesa.

La labilidad emocional en los niños es por lo general productos de los cambios que se inician en la pubertad, pero siempre es recomendable acudir a un psicólogo para saber manejar mejor estas situaciones desagradables y detectar cuando pasan a niveles mayores. 



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