De las insignias escolares a los logos de colegio

Las usábamos con imperdibles, con broches o cosidas al uniforme escolar a la altura del pecho. Algunas estaban hechas de plástico y otras de acrílico. Las insignias escolares eran una especie de amuleto que los alumnos del colegio debíamos llevar siempre en nuestros uniformes, sobre las blusas o camisas blancas en verano, o sobre las chompas o casacas en invierno.


Algunos niños detestaban tener estos accesorios colgando de sus uniformes. Más aún cuando eran de acrílico y pesaban tanto o más que la blusa en la que estaban insertadas.

Pero otras niñas adoraban su escudo escolar; entre esas niñas estaba yo.

Mi insignia escolar me parecía el accesorio de ropa más lindo del mundo. Su aroma y sus colores me hipnotizaban. Para mi representaba la amistad, la pertenencia a un grupo de amigas muy lindo y unido, mi segundo hogar, las maestras tan buenas que me tocó la suerte de tener, mis logros y triunfos en el aula y en el recreo.

Cuando me despertaba por la mañana, lo primero que hacía era limpiar mi insignia con un trozo de franela. La tenía siempre en un cofrecito al lado de mi cama. Con mucho cuidado, la colocaba en mi blusa buscando que quede derechita, pues iba con un imperdible. Nunca la dejaba ensartada de un día al otro, como hacían mis hermanos, pues ya podía ver los bolsillos de sus camisas jironeados y maltrechos.

Al regresar de la escuela me la sacaba y la devolvía a su cofre. A veces se las ponía a mis muñecas o la colocaba en el borde de sus casitas para jugar a la escuela.





Con el paso de los años he podido percibir como las insignias escolares se han dejado de usar, dando paso a los polos impresos con el logotipo del colegio o del jardín de infancia. Sé que esto facilita mucho la conservación de los uniformes y evita las gran cantidad de insignias perdidas, como sucedía antes. Pero al ver los uniformes de mis hijos hoy, sin insignias, no puedo evitar un sentimiento de tristeza y nostalgia.


Los logos del colegio o jardín de infancia pueden ir impresos o bordados en polos, camisas y abrigos. Los bordados, además, no se decoloran ni manchan el uniforme, que por lo general es blanco o de colores claros.

Hoy en día la gran mayoría de escuelas y jardines de infancia mandan hacer sus propios uniformes escolares a las textilerías, donde se incluye el escudo o insignia en su diseño. Es mucho más práctico, tengo que reconocerlo, pero nada puede compararse a una insignia escolar. Cuando mis hijos terminen el colegio, les sería más fácil conservar sus insignias como recuerdo que sus uniformes usados.

Yo aún las conservo. El día que se las mostré a mis pequeños se asombraron de que hayan existido. Estaban fascinados con ellas. Entonces decidí regalarles una insignia a cada uno para que jueguen y me di con la gran sorpresa de que se las ponian en la ropa, luciéndolas con orgullo.

Durante todo este tiempo me pregunté más de una vez para qué las guardaba. Verlas en sus ropas, en sus juegos y fantasías fue para mi la mejor respuesta.

Imágenes: MercadoLibre, PlanAlfa.

Comentarios