Cuándo debo darle vitaminas a mi hijo

Las vitaminas son vitales en la alimentación de los niños, pero en algunos casos su administración como tratamiento no es necesaria.


Si lo que come un niño mayor de dos años es rico en frutas, verduras, cereales, fibra, carnes, derivados de la leche y harinas, el nivel de vitaminas será muy bueno y en la mayoría de los casos permitirá un adecuado crecimiento.

El problema es que se recetan muchas veces en exceso. También se da el caso que, una vez recetadas, los papás se acostumbran a la idea y la utilizan al menor signo de enfermedad, baja de peso o talla, cuando no le gusta algún alimento, etc. Este tipo de automedicación puede ser también aprendida por el niño y convertirse en un estilo de vida de adulto.

El cuerpo requiere una determinada cantidad de vitaminas. Todo lo que sea exceso y no lo necesite, simplemente lo eliminará. A mayor exceso, mayor trabajo para los riñones y todo el aparato excretor.



Es verdad que en casos de desórdenes alimenticios, de desnutrición o de otro tipo, estos suplementos han significado la diferencia entre la salud y las complicaciones mayores. Pero incluso en estas situaciones, uno de cada diez niños que acuden a consulta necesitan tratamiento con vitaminas; existen muchas otras maneras de solucionar estos problemas, puesto que la baja ingesta de vitaminas no es la única causa. De ahí la importancia de la consulta médica para definir el origen del problema y cómo solucionarlo.

Lo más recomendable es asesorarse con el médico especialista sobre una dieta balanceada, de acuerdo a la edad de los niños, y sobre otros cuidados y actividades que pueden realizar solos o en familia para potenciar la mejor absorción de nutrientes y así los aprovechen al máximo para mejorar su desarrollo.


Imagen: Filmica, Radio Netherland.

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