Avances y resultados de la educación inclusiva son alentadores

Diversos estudios y aplicaciones educativas han demostrado resultados positivos a la hora de aplicar la llamada educación inclusiva en los centros educativos (ampliación del marco educativo en el cual ingresen también niños con discapacidades), empezando desde el jardín de infancia.


La inclusión al sistema de aprendizaje de los niños con alguna discapacidad es un reto que viene siendo encarado por diversas instituciones en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, España y Latinoamérica.

El principio del que parten todas es el derecho a la igualdad de trato y oportunidades del que deben gozar todos los niños sin excepción. Para lograrlo, se han diseñado y están en aplicación diversos proyectos. Sus resultados han sido muy alentadores. Entre los más notorios están la mejor socialización o adaptación social de los niños, su aceptación por parte de sus compañeros, y el desarrollo de habilidades y conocimientos que no hubieran podido ser desarrollados en un contexto sin determinados estímulos, los cuales halló en estos casos.

Los padres, cuyo principal temor era la marginación y humillación que podrían sufrir sus hijos, percibieron muchas mejoras en ellos, en todos los aspectos; incluso con desempeños por encima del promedio. Pero el efecto más maravilloso fue el de la autoconfianza y una imagen más positiva y optimista de sí mismos.



La educación inclusiva promueve la inserción del niños con discapacidad (retardo, problemas de aprendizaje, etc) en un colegio estándar, pero reorientado en sus técnicas de enseñanza. De esta manera se evita muchas veces el cambio a una institución especializada. Desde luego que casos severos si son remitidos. Pero los casos leves y cuya evaluación determine su posibilidad de mejoramiento son incluidos.

El principal problema hallado en estas experiencias no estuvo en la naturaleza de los desórdenes infantiles, sino en la falta de adecuación del sistema educativo a ellos. Luego de una debida capacitación y concientización de maestras, técnicos, administrativos, gestores y padres de familia, la inclusión fue posible.

Lamentablemente, son muy pocas las entidades educativas y los países que han implementado al cien por ciento esta opción, por lo que la exclusión sigue siendo mayoritaria. Un mayor acercamiento e interés por ella podría hacer la diferencia y traducirse en una mayor humanización de la educación. El estudio de los casos exitosos pueden ser una poderosa herramienta para lograrlo.

Fuentes: Agencia Europea para el Desarrollo de la Educacion Especial, SID/Gordon Porter.


Imagen: Universidad Autónoma de Madrid

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