Perfil Ideal para Directora de Jardín de Infancia


La competencia profesional y la idoneidad para el cargo de Directora, permiten la aplicación correcta de la gestión educativa en los Centros de Educación Inicial.


La capacidad que demuestre la Directora en la conducción de esta gestión, teniendo como primer objetivo garantizar el aprendizaje de los niños, permitirá que ésta se desenvuelva en un clima democrático, armónico, eficaz y en constante actualización y desarrollo.

Una buena gestión educativa permite desarrollar una organización democrática con responsabilidades bien definidas dentro de la escuela, creando las condiciones necesarias para el logro de las metas. 


Los Jardines de Infancia pueden caer en el desorden cuando la conducción no es clara, o entrar en conflictos cuando la dirección se ejerce con autoritarismo y prepotencia. El desafío de una buena Directora es ser eficiente en la gestión y democrática en la conducción.

La Directora es la que en momentos clave concerta, convoca, armoniza; y en otros dirige, orienta, y hace respetar y cumplir acuerdos. La Directora debe formular una clara imagen del Jardín hacia su entorno y de los cambios a introducir, para ayudar a las maestras a realizar un diagnóstico de sus necesidades y objetivos. 


Debido a la importancia que vemos tiene una Directora, luego de conocer su influencia decisiva en el proceso educativo, es necesario precisar que debe cumplir con ciertas cualidades como persona, algunas de las cuales presentamos a continuación.





  • Previsión y destreza para solucionar problemas
  • Capacidad para aceptar opiniones ajenas
  • Constante afán de superación
  • Honestidad y equilibrio emocional
  • Habilidad para vincular al Jardín con la comunidad
  • Poseer una actitud científica y reflexiva
  • Habilidad para dirigir actividades en un ambiente democrático
  • Capacidad para la crítica y autocrítica
  • Conocimiento de las limitaciones y posibilidades propias y de las personas con las que trabaja
  • Liderazgo y promoción de la creatividad
  • Habilidad para crear espacios de diálogo
  • Disposición al trabajo en grupo para toma de decisiones adecuadas
  • Sensibilidad social
  • Conocer la realidad de la comunidad
  • Prudencia al actuar
  • Dominio de las normas vigentes y técnicas renovadas
Si una persona cumple con las características enunciadas, es muy probable que su labor como Directora de un Jardín de Infancia tenga éxito. Pero lo más importante es que ese trabajo y dedicación será reconocido por los padres que ven el resultado en sus niños, y por las trabajadores de la institución, que lo constatan en su situación laboral y en un ambiente de trabajo cálido y productivo. Teniendo esto en cuenta, además de la naturaleza excepcional del tremendo beneficio que se da a los niños en el Jardín, llevar adelante una institución educativa será una labor fructífera, apasionante y de grandes satisfacciones.


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