Los Niños y el Rotavirus

Esta es una de las enfermedades más devastadoras y es normal que su contagio se de tanto en el hogar como en el Jardín de Infancia. Su expansión alrededor del mundo es masiva, llegando a infectar a 3 de 4 niños en los primeros años de vida. En los Estados Unidos es causa de más de 55,000 hospitalizaciones al año y en el mundo de más de 600,000 niños fallecidos, básicamente en países en vías de desarrollo.

Sin embargo, se ha descubierto que aquellos niños que han disfrutado de leche materna durante el primer año de vida tienen un sistema inmunológico con mejores herramientas para combatir este virus


Hay casos en los que inclusive la leche materna hace que el rotavirus se presente como un cuadro sin síntomas y con muy leves consecuencias.

Cuando el rotavirus ataca, lo principal es evitar a toda costa la deshidratación del niño o del bebé, lo cual se da debido a la pérdida de líquidos que ocasiona por medio de diarreas, fiebres, náuseas y vómitos


La fiebre y las náuseas pueden irse en dos días, pero la diarrea puede permanecer latente durante una semana, permitiendo que la deshidratación sea un peligro real para el pequeño. 



Algunos síntomas adicionales que deben tomarse en consideración son:

  • Boca seca.
  • Llora sin lágrimas.
  • Se le ve una zona blanda y hundida en la parte superior de la cabeza.
  • En las últimas horas el bebé no ha mojado el pañal.
  • Mal genio.
  • Adormecido y desganado.
  • Ojos hundidos.

Debido a que su principal vehículo de contagio es el fecal-oral, se recomienda como prevención desinfectar siempre las verduras y las frutas antes de preparar las comidas, lavarse las manos con agua y jabón antes y después de alimentar al pequeño, y en la media de lo posible procurar dar leche materna durante el primer año de vida. 

Para combatir la deshidratación, lo más recomendable es aumentar el consumo de líquidos, administrar un plan de hidratación basado en suero, y de ser posible (si el niño es pequeño aun) retomar la alimentación en base a leche materna, una vez haya terminado la infección. 

Las medias de prevención deben ser conocidas y aplicadas, tanto en casa como en la institución educativa.

Finalmente, cuando sospeche que su hijo tiene el rotavirus o presenta cualquiera de los síntomas mencionados, debe acudir de inmediato al pediatra o médico especialista y seguir sus indicaciones.

Fuente: Merck Sharp and Dohme


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